Recoge 60.000 botellas de cristal defectuosas en 1941 y construye una casa convertida en museo
Lo que para algunos pudo parecer una excentricidad tacaña, terminó siendo un hito pionero del reciclaje creativo.
En un pequeño rincón del condado de Manistee, a orillas del lago Michigan, una singular casa parece capturar la luz de un modo distinto. Sus paredes no están hechas de ladrillos ni de madera, sino de más de 60.000 botellas de refresco defectuosas que, desde 1941, componen la estructura de una vivienda pionera en su concepto.
Hoy, la Casa de Botellas de Kaleva es un museo y una joya del reciclaje arquitectónico, reflejo de la creatividad de un inmigrante finlandés con ingenio y propósito. El artífice fue John Makinen, quien se estableció en Michigan, donde fundó la empresa Northwestern Bottling Works Co.. Frente a la acumulación de botellas desportilladas e inútiles para su comercialización, Makinen tomó una decisión insólita. Construir una casa con ellas.
Pero lejos de improvisar un muro de vidrio caótico, diseñó cuidadosamente cada fachada con motivos geométricos y una paleta de colores vítreos. Las botellas, colocadas de lado y con las bases hacia el exterior, forman patrones armoniosos que aún hoy llaman la atención. En el porche delantero, una inscripción en botellas marrones y verdes reza: “Happy Home”.
Obrar arte para no disfrutarlo
Irónicamente, Makinen nunca llegó a vivir en la casa. Falleció en 1942, apenas un año después de terminar la construcción. Su familia habitó la vivienda durante más de cuatro décadas, hasta que en 1983 la Sociedad Histórica de Kaleva adquirió la propiedad y la convirtió en un museo. Desde entonces, el lugar se conserva como un escaparate de la cultura finlandesa-estadounidense que floreció en la región.
Alberga exposiciones sobre los negocios, la agricultura y los primeros colonos finlandeses que poblaron el área, ofreciendo una ventana al pasado a través de objetos cotidianos, fotografías y documentos históricos. La estructura está inscrita en el Registro Nacional de Lugares Históricos estadounidense, por lo que se considera patrimonio cultural nacional.
La Casa de Botellas de Kaleva abre sus puertas al público todos los sábados y domingos de 12:00 a 16:00 h, hasta diciembre, que cierra. Entre el juego de luces que se filtra a través del vidrio y la historia que guarda cada pared, esta casa demuestra que la imaginación y el ingenio puede dejar una huella más duradera que cualquier piedra.
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