Vingegaard genera el caos y Pogacar gana en un día para ‘velocistas’

Y al primer día, con un perfil sobre el papel para velocistas, apareció Tadej Pogacar para llevarse la etapa y vestirse de amarillo en la jornada inaugural del Critérium del Dauphiné. Quién sabe si lo mantendrá durante toda la semana, porque es el favorito y lo demuestra desde el primer día, pero bien es cierto que este caos, especialmente en los 6 km finales, tuvo el sello de Jonas Vingegaard. El danés, que no competía desde el 13 de marzo, lo probó a falta de 5,3 km. Se desató la locura.

Los equipos de los hombres rápidos estaban obligados a reaccionar, pero es que lo que se llevó el doble campeón del Tour a su rueda fue a varias de las mejores estrellas del pelotón actual y, en algunos casos, de la historia: Tadej Pogacar y Mathieu van der Poel estuvieron atentos. También Santiago Buitrago, mientras que Remco Evenepoel, que en primera instancia quedó cortado, logró recortar esos escasos 100 metros cuando se rodaba a 55 km/h. Una barbaridad.

Era una renta de tan solo cinco segundos, pero la impotencia era total por detrás, y más si el Visma, con Jorgenson, trataba de hacer de secante, cortando el ritmo. El equipo holandés puso el ritmo en los kilómetros finales una vez neutralizada la escapada final (hubo varias) del día, en este caso Wright en solitario, una pequeña cuota de cuarta de apenas 600 metros fue suficiente para sacar todas las cartas. En la recta de meta de Montluçon hubo dos volatas: una entre los cinco de cabeza y otra por detrás, prácticamente a continuación.

Esos cinco segundos de renta en el kilómetro final fueron suficientes, consecuencia de ser grandes estrellas, y Van der Poel lanzó el esprint pronto, ambicioso. Se le hizo largo y Pogacar, con Vingegaard a su rueda, remontó abriéndose por la izquierda. El danés, segundo, se quedó cerquita. Vaya duelo, y queda toda la semana por delante en el ensayo final para el Tour. Enric Mas y Carlos Rodríguez, en el pelotón. Este lunes, segunda jornada con 204 km y final en Issoire con seis cotas, una de ellas de segunda. Buen día para una fuga, tal vez para los hombres rápidos... o, para variar, para los Pogacar, Vingegaard y compañía. Unos fueras de serie.

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