Claudia Pina, giro radical
La culé no entraba en los planes de Montse Tomé hace medio año. La de Montcada i Reixac es indiscutible en La Roja.


La historia de Claudia Pina es una gran historia de superación. La de Montcada ha logrado dar el giro definitivo para ser una estrella. Lejos se veía hace un año. Más aun mientras España hacía historia en Sídney. En ese momento la que fuera la joya de la cantera española -Balón de Oro y Bota de Plata en el Mundial Sub-17- estaba vetada en La Roja. No entraba en los planes ni de Vilda. Tampoco en los inicios de Tomé, que la relegó a la Sub-23 cuando asumió el cargo. Sin embargo, la culé no hizo otra cosa que trabajar. Gracias a ese espíritu infinito ha explotado para ser una de las mejores jugadoras del mundo.
“Imparable”, la definió Irene Paredes. “Tiene un don con el gol, siempre lo digo. Está cogiendo una madurez con el balón… Ya en las inferiores demostraba qué jugadora era y ahora con madurez está demostrando de lo que es capaz”, añadió Patri. Ante Inglaterra se vio en Cornellá. No partió de titular y el equipo lo acusó, la implicación en el área era menor. El balón no fluía con la naturalidad con la que lo hizo con Pina en el césped. Tan sólo dos minutos después de saltar, se atrevió a disparar con la izquierda. Premio. Otros 10’ para completar el recital, con un disparo lejano y potentísimo que entró por toda la escuadra. Desde su regreso en noviembre, suma 6 goles en 8 partidos.
“Ha dado un salto importante en su equipo y se ha visto. Esta vez de revulsiva ha funcionado. Es una jugadora que tiene una actitud brutal, acepta el rol. Estaba esperando su turno como una más, con una actitud brutal”. Algo que ha aprendido con los años. Todavía se la ve sufrir cuando está en el banquillo, como hace unos días en la Champions contra el Arsenal. Pero ha sabido gestionar sus emociones y saber esperar. “Antes me costaba, es algo que he trabajado”, aseguró a RNE. Con la Selección le tocó esperar ante Inglaterra, en su casa, con sus familiares y amigos en la grada de Cornellá. Mereció la pena. Salió y lo cambió todo. Dos goles que salvaron a España y que refrendan que Pina es una intocable más. No hay discusión.
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