“Da miedo que el Bayern te pueda meter 9 goles”
Gerard Garriga, centrocampista español del Auckland City, atiende a AS horas antes de su debut en el Mundial de Clubes. “Tenemos ilusión, pero la diferencia con el resto de clubes es abismal”, confiesa.

El español Gerard Garriga (El Morell, 1993) forma parte de la plantilla de Auckland City, que disputará el Mundial de Clubes representando a Oceanía después de ganar su cuarta OFC Champions League consecutiva. Los ‘kiwis’ viajaron a Estados Unidos “con ilusión”, pero conscientes de su condición de “equipo más flojo del torneo”. “Nos hemos tenido que pedir vacaciones en el trabajo para poder disputar este torneo”, descubre.
PREGUNTA: ¿Cómo lo afronta su participación en el Mundial de Clubes?
RESPUESTA: Estamos muy ilusionados por formar parte del Mundial de Clubes, pero también un poco expectantes por lo que nos vamos a encontrar. Somos el club que más Mundiales de Clubes ha jugado y sí que tenemos experiencia, pero nunca nos hemos enfrentado a equipos de la talla del Bayern, el Benfica o Boca y no sabemos qué vamos a encontrarnos. Nosotros somos jugadores amateurs y, como dice el club, representamos al 99% del fútbol y de los futbolistas. La mayoría de las personas que juegan al fútbol alrededor del mundo lo hacen por pasión y son a todas esas personas a las que vamos a representar. También a todo un país como Nueva Zelanda y a todo un continente como Oceanía, pero sabiendo que la diferencia entre el Bayern y el Auckland es abismal. Y si el partido no va bien y te meten muchos goles nadie disfruta. Nuestro objetivo es intentar competir y es lo que vamos a intentar. En todos los Mundiales de Clubes lo hemos hecho, incluso el club en 2014 quedó tercero, superando al campeón de Sudamérica, que era San Lorenzo.
¿Temen una goleada?
Hay respeto y quizá algo de miedo a que eso pueda pasar porque tú ves al Bayern y ha metido siete o nueve goles en partidos de Champions o de la Bundesliga. Y piensas: ‘Joder, como tengan un buen día y a mí no me salgan las cosas puede ser duro’. Pero también tenemos la ilusión de que, no sé, ese día no les entre, o defendamos bien, o haya una tarjeta... Es fútbol, puede pasar cualquier cosa. Lo que queremos es competir, intentar competir en cada partido. Y si somos competitivos hasta el final y estamos hasta el final dentro del partido nos iremos satisfechos. Sabemos que la diferencia es abismal y sabemos que estar aquí es un regalo, pero también queremos competir y demostrarnos a nosotros mismos de qué somos capaces.
Para usted y el resto de sus compañeros este torneo es una oportunidad única.
Exacto. No sabemos cuándo vamos a poder vivir una experiencia igual, ni si tendremos la oportunidad de volver a jugar contra el Bayern, el Benfica o Boca. Es algo que quizá nunca habíamos soñado que pudiera suceder. Tenemos que disfrutarlo como una experiencia única y un reconocimiento a todo el trabajo que hemos hecho y disfrutar. No tenemos que tomárnoslo como unas vacaciones porque es una oportunidad para ver hasta dónde podemos llegar.
¿Sus compañeros más jóvenes ven el Mundial de Clubes como un escaparate o ven difícil dar el salto a una Liga mayor?
Creo que este Mundial de Clubes sí que es una oportunidad. Hemos jugado otros Mundiales de Clubes, pero jugábamos contra el campeón local, un partido, y el escaparate no es tan grande. Esto es eso multiplicado por 100. Nos va a ver mucha gente y eso para los chavales es un escaparate increíble. Ojalá alguno pueda destacar y dar el salto.
¿Temen que se les menosprecie por ser el único equipo amateur del torneo?
Sí porque normalmente cuando hablas de un equipo amateur piensas en divisiones inferiores, pero nosotros somos el campeón de Nueva Zelanda y de Oceanía. Hay mucha gente que juega al fútbol en Oceanía y nosotros somos los mejores, así que malos no somos. Y en este club el ganar es constante. Algo hay detrás de eso. Cuando nos preparamos para el Mundial de Clubes o la Copa Intercontinental nos enfrentamos a equipos profesionales y normalmente competimos. Les hemos ganado a muchos clubes profesionales. Que seamos amateurs no significa que seamos malos, sino que tenemos que tener otro trabajo aparte del fútbol. Y eso limita la calidad del entrenamiento. Cuando vienes de trabajar ocho horas no estás tan fresco.
En el vestuario hay profesores, oficinistas, mozos de almacén, pintores, agentes inmobiliarios... Y los que no trabajan son los más jóvenes, que están estudiando.
Gerard Garriga
Menciona lo de los trabajos, muchos de sus compañeros habrán tenido que pedir vacaciones para jugar el Mundial de Clubes.
Sí, yo sigo entrenando en la academia del club y haciendo proyectos para promocionar el fútbol en Auckland y sobre todo en nuestro barrio, que es bastante humilde. Damos clases de fútbol y charlas para motivar un poco a los niños. El resto de mis compañeros tienen otros trabajos que les ocupan ocho horas. En el vestuario hay profesores, oficinistas, mozos de almacén, pintores, agentes inmobiliarios... Y los que no trabajan son los más jóvenes, que están estudiando.
¿Alguno se ha tenido que quedar en Nueva Zelanda por trabajo?
No, para este Mundial de Clubes todos se han pedido vacaciones y no falta nadie. Hubo algunos que no pudieron venir a jugar la Champions, que se disputó en abril, porque se reservaron los días para el Mundial de Clubes. El problema llegará en verano, porque tenemos la Intercontinental y ya han gastado las vacaciones.
La Champions de Oceanía la siguen dominando con puño de hierro. Las han ganado todas desde la COVID.
Desde fuera parece fácil, pero es muy complicado. Este año la fase final se disputó en Islas Salomón y las condiciones son muy complicadas. Se juega a más de 30 grados, con un 90% de humedad, a las 12 del mediodía, las condiciones de los campos no son las mejores... Es verdad que hemos ganado los últimos cuatro años y parece fácil, es la competición más difícil que te puedes encontrar.
Albert Riera renunció a dirigir al equipo en este Mundial de Clubes. ¿Cómo lo vivieron desde dentro?
Como jugador, la decisión me dejó un poco en shock. Con el año que nos venía, con todo lo que habíamos ganado con él, con lo que habíamos crecido como equipo... Que decidiera dar un paso al lado me sorprendió, porque además es el mejor entrenador que podemos tener. No solo por su conocimiento sobre el fútbol, sino por su ideología. Transmitía muy bien los valores del club y las cosas iban perfectas. Pero lo entiendes. No paramos de viajar y si lo miras desde su perspectiva... Querrá disfrutar de la familia, tener momentos para él... El fútbol es muy bonito, pero llega un momento en el que tienes que poner las cosas en una balanza y, por muy amateur que sea Auckland, la obligación es ganar siempre. Ganas la Liga y la gente no te felicita porque es tu obligación ganarla. Y eso al final quema. Si quema como jugador, no me quiero ni imaginar como entrenador. Personalmente me supo mal porque con él entrenábamos y pensábamos como profesionales.
¿Ahora no?
Bueno, los entrenamientos no son tan exigentes. Es otra mentalidad.
¿Cree que no llegan en su mejor forma al Mundial de Clubes?
Es mi opinión. Igual nos va mejor así, hasta que no juguemos no lo sabremos. En un Mundial de Clubes en el que eres el equipo más flojo y donde todos los jugadores son técnica y tácticamente mejor que tú, creo que deberíamos ser los que más corren y los que mejor estuvieran físicamente. Y no creo que lo seamos.
Hablemos de los rivales. El primero es el Bayern.
Siento ilusión por poder jugar un partido oficial contra el Bayern, pero yo, que ya he jugado tres Mundiales de Clubes, te puedo decir que cuando estás en el campo te sientes totalmente expuesto. Se ve la diferencia y hay ocasiones en las que sufres. Piensas: ‘Joder, si sufrí contra el campeón de Asia o de África, imagínate contra el Bayern’. A ver cómo nos va y si podemos cumplir los pequeños objetivos que nos marcaremos durante el partido. Si competimos lo vamos a disfrutar un montón. Kimmich, Goretzka, Kane, Olise, Gnabry... Ponga a quien ponga, son todo jugadorazos.
Igual siente más presión ante el Benfica, porque con el interés del Madrid en Álvaro Carreras va a haber mucha gente viéndolo desde España.
Sí, pero tenemos tan metido en la mente el primer partido, que el partido ante el Benfica lo veo muy lejos. Me ha llamado mucha gente desde Argentina, pero si veo lejos el del Benfica imagínate el de Boca. Cuando se hizo el sorteo flipamos con los tres equipos que nos habían tocado, pero ahora pienso que igual nos habría venido bien algún rival más flojo.
Boca también tiene su encanto.
Cuando salió Boca pensé: ‘Qué bonito’. Poder jugar contra Boca es precioso y lo que más me apetece es ver cuál es el ambiente en el estadio. Dicen que van a venir muchos argentinos, se habla de ‘La 12’, que debe ser una de las mejores aficiones del mundo... Es un partido que pagaríamos para poder vivirlo.
¿Se habla mucho del equipo de 2014 que fue tercero en el Mundial de Clubes?
Bueno, de hecho queda un jugador de aquella época, que es Ryan De Vries. Pero creo que, dentro del amateurismo, el contexto es diferente. En aquella época el Auckland City tenía un equipazo, con un entrenador, Ramon Tribulietx, espectacular. Hicieron una gesta increíble, y creo que no se les ha dado el crédito que merecen. La gente no sabe la realidad del fútbol de Nueva Zelanda, pero si la conocieran el Auckland quedando tercero en el Mundial de Clubes sería tratada como una de las mayores gestas de la historia del fútbol. Acercarnos a eso estaría muy bien.
El premio por participar son 3,58 millones de USD y durante la fase de grupos 2 millones por victoria y uno por empate. ¿Están contentos?
No, la verdad es que no estamos contentos con el reparto porque la diferencia con el resto de clubes es muy grande. Estamos pagando muchas cosas. Viajes, hoteles, amistosos... Y al final lo que nos queda son las migajas. Además, tenemos que invertir mucho para poder ganar la Champions de Oceanía, que es lo que nos permite estar aquí, y eso cuesta mucho dinero cada año y no te aporta casi nada. Ni para cubrir lo que te gastas en viajar a, por ejemplo, Islas Salomón, que es donde se disputó la fase final este año. Creo que debería estar todo más igualado, pero los que saben son ellos. No tengo mucho más que decir.
¿Y cuánto han negociado los jugadores?
Nosotros, entre los jugadores y el ‘staff’ técnico, de lo que gane el club nos llevamos la mitad, pero si a esos 3,5 millones le empiezas a restar impuestos, lo que se lleva la Federación de Nueva Zelanda y demás, nos va a quedar nada. Creíamos que a los jugadores nos podría llegar más dinero y algo va a caer, obvio, pero es menos de lo que esperábamos. Por cada victoria son dos millones, así que si le ganamos a Bayern, Benfica y Boca son seis millones (risas).
Aunque es un torneo distinto, va a ser su cuarto Mundial de Clubes.
Sí, recuerdo el primero, que fue en Marruecos y fue súper especial. Pensé que igual no volvía a jugar un partido así, pero pude jugar dos más. Contra el Al Ittihad de Benzema en 2024 y luego contra el Al Ain en la International Cup. Me siento muy afortunado por poder formar parte de este equipo. Se han hecho fichajes, pero que hayan querido mantenerme y que forme parte de esto es muy bonito. Espero disfrutar porque nunca sabes cuándo va a ser el último. Hay rumores sobre la creación de una Liga profesional en Nueva Zelanda y no sé si el club va a formar parte de ella, así que toca disfrutar de cada momento e intentar rendir al máximo, porque el mayor premio que nos podemos llevar es haber podido competir sea cual sea el rival.
El fútbol en Nueva Zelanda está creciendo. La pena creo que es que están invirtiendo en clubes que juegan la Liga de Australia y no están invirtiendo esa pasta en la Liga de casa, en la Liga profesional de Nueva Zelanda.
Gerard Garriga
¿Va familia a verle a Estados Unidos?
Sí, mis padres y mi hermana vienen a los partidos ante Benfica y Boca. Me hace mucha ilusión poder compartir con ellos estos momentos. A Marruecos pudo venir mucha familia y amigos, pero claro, Estados Unidos está más lejos y ha sido más complicado. Cuando sales al campo y ves que están allí... Es muy bonito poder vivir esto con ellos. Para ellos, tener al hijo y al hermano tan lejos es un sacrificio constante y ver que este esfuerzo tiene su recompensa y que yo soy feliz con ello hace que merezca la pena. Después del Mundial voy a pasar varios días en España, así que estoy muy contento de poder volver a Barcelona para ver a la familia y a los amigos. Serán cinco días que espero vivir a tope.
Para terminar le pregunto sobre el fútbol en Nueva Zelanda. ¿Está de moda? Auckland FC ha tenido un gran debut en la A-League, siendo el equipo con una mayor media de aficionados (18.000).
Sí, ha sido mucho tirón. El fútbol en Nueva Zelanda está creciendo. La pena creo que es que están invirtiendo en clubes que juegan la Liga de Australia y no están invirtiendo esa pasta en la Liga de casa, en la Liga profesional de Nueva Zelanda. Pero bueno, es su manera de invertir. Tenemos excompañeros que están en el Auckland FC y estamos muy contentos por ellos. Ganaron la Liga regular y luego cayeron en las semifinales del ‘play-off’.
La última vez que hablamos comentamos que el fútbol en Nueva Zelanda estaba a la sombra del rugby y que su crecimiento podría no interesar. ¿Ha cambiado eso con la llegada del Auckland FC?
Sí, la llegada del Auckland FC y su inclusión en la A-League ha sido muy buena para la situación del fútbol en el país. Ahora ves a un montón de niños por las calles con la camiseta de Auckland FC. Cuando hablo con gente y les digo que juego en el Auckland me dicen: ‘Oh, el Auckland FC’. Y les tengo que aclarar que no, que yo soy del Auckland City. Al menos empiezan a interesarse por el fútbol (risas).
¿Les están haciendo sombra entonces?
A ver, para nosotros los jugadores, y más concretamente para los jugadores que antes estaban en el Auckland City y ahora en el Auckland FC, ha sido perfecto. No sé si el presidente pensará igual, porque le ha restado atención al club y seguramente el Auckland FC nos haya quitado patrocinadores. No sé si les ha hecho mucha gracia, pero desde el punto de vista de los jugadores es una oportunidad para hacerlo bien y dar el salto a una Liga de mayor nivel como la A-League, donde el fútbol sí es profesional. Eso es lo bonito del Auckland FC, que ha firmado muchos jugadores de la Liga de Nueva Zelanda. Se ha demostrado que, aunque nuestro equipo sea amateur, podemos competir. Han quedado campeones de la Liga regular, así que tan malos no seremos. Falta profesionalizarlo un poco todo, que nos den la oportunidad.

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