MIGRANTES DEL BALÓN

Tyronne del Pino, campeón y MVP en Indonesia: “Al Clásico íbamos en coches blindados”

El canario relata en AS su experiencia en el país asiático, donde acaba de conquistar el título de Liga y ser nombrado MVP. “Ha sido la mejor temporada de mi carrera”, reconoce el ya exjugador del Persib Bandung.

El español Tyronne del Pino durante la celebración del título de Liga en Indonesia
Martín Manchón
Actualizado a

En 2017, Tyronne del Pino (Las Palmas de Gran Canaria, 1991) causó un terremoto al cambiar la UD Las Palmas, el club de su vida, por el eterno rival: el Tenerife. “Soy de Las Palmas, que es el equipo de mi tierra, pero también soy canario y vestir esa camiseta fue muy especial para mí”, rememora ocho años después y tras darle un giro radical a su carrera. A sus 34 años, Tyronne acaba de ser elegido MVP de la Primera División de Indonesia, la cual conquistó con la camiseta del Persib. “Ha sido la mejor temporada de mi carrera”, reconoce tras acabar contrato y confirmar que no continuará en el club con sede en Bandung. “Seguiré en Asia. Quiero terminar mi carrera allí”, añade desde sus vacaciones en Las Palmas.

¿Cómo está? Viene de anunciar su adiós al Persib tras una temporada en Indonesia, donde el fútbol se vive muy intensamente.

Estoy muy bien, de vacaciones y centrado en acertar con el próximo destino. La verdad es que sí, en Indonesia el fútbol se vive de manera diferente. Se puede ver en los estadios, que la mayoría están hasta la bandera, o en le pasión que le ponen los aficionados. El fútbol se vive mucho en Indonesia y eso para el futbolista es clave, porque se genera una gran atmósfera en todos los partidos.

¿Le advirtieron de la pasión que había por el fútbol en Indonesia?

Sí, yo llegaba tras año y medio en Tailandia, donde la calidad futbolística es grande y hay mucho talento y los estadios también son muy buenos, pero lo de Indonesia es una locura. Antes de llegar hablé con algún compañero que ya había estado y me advirtió de que lo de las redes sociales se me iba a ir de las manos. Encima estuve en Persib, que es un club que mueve a muchísima gente. Íbamos a jugar a seis horas en avión de nuestro estadio y había aficionados. En Indonesia el fútbol se vive con mucha pasión y mueve mucho.

Ha ganado la Liga y le han incluido en el mejor 11, también ha sido elegido mejor jugador por la Federación y por la Asociación de Futbolistas, ha marcado 18 goles (21 con los de Champions League Two) y dado seis asistencias... ¿Ha sido la mejor temporada de su carrera?

Sin duda, ha sido la mejor temporada de mi carrera, por todo lo que acabas de decir. Al final, fui premiado con distintos reconocimientos: mejor 11, mejor mediocentro, mejor futbolista de la temporada... y, por supuesto, no hay que olvidar el campeonato. El título de Liga es muy importante para mi carrera, para mi currículum. Creo que ha salido todo increíble. Para nada esperaba estos títulos, ni a nivel individual ni colectivo. Yo fui allí como siempre voy: intentando dar lo mejor de mí. Pero salió todo redondo. También viví la experiencia de jugar por primera vez en la Champions League asiática, y para mí esta temporada ha sido una experiencia inolvidable que siempre recordaré. No solo por los títulos, sino también por lo vivido, por la atmósfera que se siente... El campeonato, la celebración en las calles... la celebración fue una auténtica locura. Ha sido una temporada inolvidable, de verdad.

¿Qué premio valora más, el de la Federación o el de la Asociación de Futbolistas?

El premio de la Asociación de Futbolistas tiene un valor especial porque las votaciones vienen directamente de los futbolistas y los entrenadores. Al final, esa es la gente que está en el campo contigo, los que te han sufrido también, los que realmente ven tu rendimiento desde dentro. Por eso, tiene mucho mérito para mí que futbolistas, compañeros de profesión y entrenadores te elijan como mejor jugador. Te llena de orgullo. Es muy importante a nivel individual.

Su gran temporada es también un premio a la perseverancia porque llegó al club en 2023 pero sufrió una lesión, luego se marchó cedido a Tailandia y parecía que este año no tenía hueco en la plantilla, pero acabó convirtiéndose en MVP.

La verdad es que fue exactamente como la has contado. El año pasado llegué y, por desgracia, tuve la mala suerte de lesionarme en los primeros 15 o 20 minutos del primer partido de Liga. Tuve que venir a España a recuperarme, aún teniendo contrato con el Persib. Luego volví, pero obviamente ellos me dijeron que tenía que buscar una salida en forma de cesión, porque llevaba mucho tiempo sin jugar. Era entendible. Pude irme seis meses a Tailandia (Ratchaburi), donde volví a jugar, a sentirme futbolista. Jugué a un gran nivel y eso me sirvió para recuperar la confianza, para volver a sentirme yo mismo. Al final, regresé a la pretemporada con el Persib, porque el contrato se me había renovado automáticamente al quedar campeones el año anterior. El entrenador me llamó y me dijo que estaba contento de tenerme en el equipo para la pretemporada. Y la verdad es que la pretemporada no fue nada fácil. El equipo no empezó bien. En los primeros partidos no pudimos ganar la Copa Presidente, que es una copa que se juega en pretemporada. Y la afición aprieta. A las buenas celebra contigo, pero a las malas también te mata. Como cualquier gran afición, vamos. Al principio se dudaba de si podía rendir bien y el comienzo no fue fácil. Pero al final, con trabajo, dedicación, y estando enfocado en el día a día, en mejorar, pude hacer una gran temporada y contribuir a que el equipo fuera campeón. Y eso, para mí, fue lo que me llevó hasta aquí.

¿Cómo le sentaron esos seis meses que estuvo sin jugar?

Mal, obviamente. Cuando estás fuera del terreno de juego y fuera de tu rutina, por así decirlo, todo se hace más difícil. Estaba muy cansado mentalmente. Pero la experiencia también es un grado, y gracias a Dios la tengo. Sé que forma parte del fútbol: tenía que ser fuerte, tenía que recuperarme. Todos los días me enfoqué en eso. Por eso vine a España, y también le agradezco al club, al Persib, que me permitiera venir aquí para hacer la operación y el tratamiento. Después de eso, pude volver a sentirme jugador en Tailandia.

A usted para el Persib le fichó Luis Milla.

Sí, yo venía de hacer una buena temporada en Tailandia (Swat Cat), fui regular y conseguí buenos números. Entonces me llamó Luis Milla, porque yo había jugado con su hijo en el Tenerife y ya me conocía bien. Luis, que en ese momento estaba entrenando al Persib, me ó. Yo ya conocía a su hijo y también conocía a Luis, que tiene una trayectoria increíble tanto como futbolista como entrenador. La verdad, me llené de ilusión. La idea de trabajar con un cuerpo técnico español, liderado por Luis, me motivó mucho. Por eso al final me decidí a venir aquí a Indonesia y ponerme a sus órdenes.

¿Después de firmar, cuánto tardó en darse cuenta de lo mediáticos que son los futbolistas en Indonesia?

Eso fue una locura. Y eso que ya me habían avisado. No recuerdo cuántos seguidores tenía antes en Instagram, pero eran pocos, incluso tenía la cuenta casi cerrada. Tuve que abrirla por todas las peticiones que empezaron a llegar de repente. A nivel de redes sociales fue una auténtica burrada el cambio. Ahí empecé a notar realmente cómo se siente el fútbol en Indonesia, cómo se vive, y especialmente en un equipo como el Persib Bandung, que tiene muchísima afición.

En Indonesia el fútbol es una religión.

Tyronne del Pino

No recuerda cuántos tenía, pero ahora está cerca de 450.000. No tendrá las notificaciones activadas...

Sí, es que antes ni lo usaba, la verdad. Ahora algo más. Las notificaciones no se pueden tener activadas, no. Me llega un mensaje cada dos segundos y cuando subo alguna publicación se llena de comentarios al instante. Tengo compañeros que llevan más años en el club y tienen millón, millón y medio de seguidores. El fútbol es una religión en Indonesia.

¿Le costó adaptarse al fútbol asiático? ¿Cree que hay nivel en la Liga de Indonesia?

Para ser honesto, me costó adaptarme un poco. Más que sorprenderme, lo que pasa es que el fútbol allí es muy diferente. Yo estoy acostumbrado a un estilo más táctico, como el europeo, donde hay un poco más de calma con el balón. En Tailandia, por ejemplo, el juego se parece más al que estamos acostumbrados en España: les gusta tener la pelota y trabajar desde la táctica. Pero aquí es todo más ‘corre-calles’. Los jugadores son muy físicos, muy agresivos. Te encuentras con dos o tres encima en cuestión de segundos. Tienes que pensar más rápido, moverte más rápido, jugar más simple, porque no te dan tiempo. Y sí, me costó, la verdad. Al principio fue difícil adaptarme, pero poco a poco, estudiando y analizando lo que tenía que hacer, fui mejorando y adaptándome a la Liga.

¿Qué tal le fue con los futbolistas locales?

La verdad es que bien, muy bien. A medida que iban pasando las jornadas, me iba adaptando a ellos, los iba conociendo mejor y también estudiando un poco más su forma de jugar. Físicamente son privilegiados y aguantan los 90 minutos corriendo mucho. Además, son humildes y les gusta aprender de los extranjeros, empaparse de otras formas de entender el fútbol. En general, hay un buen nivel y también bastante talento. En mi equipo coincidí con jugadores locales con mucho fútbol de calle, ese que últimamente se está perdiendo. La verdad, vi muy buen material ahí.

¿Habla de Beckham, por ejemplo? Recientemente convocado por Kluivert para la absoluta...

Beckham Putra, sí. Cuando lo decía he pensado en él. Ese es jugón, tiene talento. Es un extremito que se puede meter hacia adentro y tiene buen pie.

¿Se cuidan mucho los futbolistas indonesios?

Es cierto que a los jugadores locales, por mentalidad, les cuesta un poco más. Y ahí es donde, creo yo, los más veteranos, y especialmente los extranjeros, tenemos que apretar un poco más. Porque hay mucho talento, pero a veces falta enfoque. Creo que para eso estamos nosotros también, para dar ejemplo, para que nos vean como un espejo. Eso es lo que intentamos hacer. En general, sinceramente, en mi equipo hay mucho talento y profesionalidad. Hablo en líneas generales, claro, pero se nota.

¿Los locales sueñan con jugar en Europa o pasan de ese tema?

Hablando con algunos de ellos, lo que creo es que no es tanto que no quieran, sino que sienten que dar el salto a Europa es un paso demasiado grande. Les falta, quizá, ese coraje y esa fortaleza mental para decirse: ‘¿Por qué no intentarlo?’. Creo que ahí es donde deben trabajar más, en ese aspecto mental, que con los años también puede desarrollarse. Veo a algunos con talento de sobra para dar el salto. Si se enfocan, si se esfuerzan, podrían intentarlo. Obviamente no es fácil, no voy a mentir: el nivel europeo es muy exigente. Pero hay jóvenes que realmente tienen condiciones. Si se lo creen, si trabajan duro y se lo toman en serio, ¿por qué no? Lo importante es que ese impulso tiene que partir de ellos, de su mentalidad.

En Indonesia, el gran Clásico es entre el Persib Bandung y el Persija Yakarta. Es como, salvando las distancias, un Madrid-Barça en España: a muerte.

Tyronne del Pino

¿Ganar la Liga era un objetivo claro?

Al final, este equipo siempre parte con exigencias altas. Tras ganar la Liga el año pasado, la presión era evidente: tanto la afición como el club y los propios jugadores teníamos claro que el objetivo era intentar ser campeones por segundo año consecutivo. Después de una década sin levantar el título, lograrlo dos años seguidos tiene un mérito enorme. Además, mientras que la temporada pasada lo conseguimos a través del ‘play-off’, este año hicimos historia al proclamarnos campeones en Liga regular. Es un premio para todos: el club, los jugadores y todo el ‘staff’. Ser parte de ese logro histórico es algo muy especial.

¿Hay mucha rivalidad entre clubes y aficiones?

Por supuesto. En Indonesia, el gran Clásico es entre el Persib Bandung y el Persija Yakarta. Es como, salvando las distancias, un Madrid-Barça en España: a muerte. Las aficiones empiezan a lanzarse mensajes por redes sociales desde días antes, y cuando llega la semana del partido, el ambiente es espectacular. Es increíble, pero tenemos que ir al estadio em los coches blindados de la policía. Imagínate: si cualquier partido ya mueve pasión, este lo triplica. Por eso se necesita seguridad, escolta policial… Es un ambiente completamente distinto. Y, sinceramente, como futbolista es precioso jugar cualquier encuentro, pero este en particular es muy especial.

¿Corre peligro su integridad si no van en coches blindados?

No sé, pero cuando pasamos por las calles de alrededor del estadio, donde se reúne la afición del equipo rival, empiezan a caer objetos. Creo que si fuéramos en autobús sería peligroso, porque tiran cosas a las ventanas y demás. En los coches de policía blindados se escuchan los impactos desde dentro. Con eso solo te puedes hacer una idea de lo que es ese partido...

De hecho en uno de estos clásicos a usted le lanzaron una botella a la cabeza...

Sí, fue en el Clásico. Yo iba hacia el túnel de vestuarios tras terminar el partido. Estaba saludando al míster del Persija, que es Carlos Peña, con quien coincidí en Ratchaburi, en Tailandia, y me dijeron: ‘Oye, vete para dentro, que la cosa se puede poner caliente’. Cuando iba camino al vestuario, noté el impacto de una botella en la cabeza. Al final, creo que multaron a la afición con varios partidos sin público, y también le impusieron una multa económica al club por ese incidente. La botella era de plástico, pero tenía tapa, tenía líquido, y me dio de lleno. Se me hinchó un poco la zona, aunque por suerte no fue nada grave. Quisimos denunciarlo porque estas cosas no deberían pasar. No es normal en el fútbol actual.

Después de su temporada, lo normal es que le lleguen decenas de ofertas. Acaba contrato y ya es oficial que no va a continuar, pero no sé si tiene claro su destino.

Seguiré en Asia. Ya soy veterano y, con los años que me quedan, mi idea es terminar mi carrera allí. Me siento muy bien, estoy cómodo y quiero aprovechar el momento, sacar partido a la temporada que he hecho y encontrar la mejor opción, tanto para mí como para mi familia. Estamos en conversaciones con varios equipos. Veremos cuál es la decisión; espero acertar.

¿Por qué Asia?

La verdad es que, gracias a Dios, he podido hacerme un nombre aquí. Llevo varios años en Asia, rindiendo a buen nivel y sintiéndome muy a gusto. Mi familia también está muy cómoda; hemos vivido en ciudades que, para tener una vida familiar, han sido excelentes, y he tenido la suerte de disfrutar de esa estabilidad. A nivel contractual también estoy bien, así que, con 34 años, mi objetivo es terminar mi carrera aquí, aprovechar al máximo esta etapa y, como suelo decir, poder volver a casa con tranquilidad y la sensación de haberlo dado todo.

¿Esperaba que la experiencia fuera tan gratificante?

Recuerdo cuando estaba pensando en irme a Tailandia. Hablé con Sergio Suárez, que también es canario y llevaba, creo, ocho o nueve años en Tailandia. Lo llamé y me dijo: ‘Tyronne, ni te lo pienses. Vente para allá. Vas a disfrutar de la vida, vas a disfrutar del fútbol, vas a estar cómodo con tu familia. La comida, el clima, el nivel futbolístico… todo va a casar contigo’. Al final tomé la decisión, y a día de hoy no me arrepiento. Me ha ido muy bien en todos los aspectos.

¿Tailandia o Indonesia?

Podría decir que, en general, Tailandia está un poco por encima. Creo que es mejor en cuanto a comida y también en lo futbolístico, especialmente en cuanto al nivel de juego. No tanto por la pasión o el ambiente, porque en eso Indonesia es espectacular. La atmósfera en los estadios, como te comenté antes, es diferencial. Y como futbolista, jugar en ese tipo de escenarios es una pasada. Pero si hablamos de calidad futbolística, Tailandia está un peldaño por encima. Dicho esto, hay que reconocer que Indonesia ha mejorado mucho en los últimos años. Con la incorporación de ocho extranjeros por equipo, y ahora incluso con la intención de permitir 11, el fútbol se está profesionalizando bastante. Por ejemplo, el año pasado no había VAR y este año ya se ha implementado, lo que le da un plus de seriedad a la competición. En resumen, Indonesia está creciendo mucho, pero Tailandia, en líneas generales, sigue un poco por delante en lo futbolístico.

La Liga griega es súper exigente, muy física. Los jugadores locales son auténticos perros viejos que no juegan, solo cortan, cortan y cortan el ritmo del partido.

Tyronne del Pino

¿Y Tailandia o Grecia? Allí vivió con el PAS Lamia su primera aventura en el extranjero.

Indonesia y Tailandia, comparadas con Grecia… Grecia es una liga muy difícil. A mí me pareció súper exigente, muy física. Los jugadores locales son auténticos perros viejos que no juegan, solo cortan, cortan y cortan el ritmo del partido. Es una liga muy, muy complicada. A mí se me hizo especialmente dura porque, además, estaba en un equipo que no era de los top: peleábamos siempre por la parte baja de la tabla. Aun así, gracias a Dios, como experiencia me sirvió para jugar muchos partidos. Pero, insisto, es una liga realmente exigente.

¿Nota el paso del tiempo? No sé si es más exigente jugar en este tipo de países en los que el clima es tan sofocante.

La humedad en Indonesia y Tailandia es terrible. Por eso digo que jugar se hace aún más duro. En Tailandia me costó adaptarme. Mucha humedad, incluso a las siete de la tarde la sensación térmica es de más de 30 grados. Eso obliga a adaptarse, y se sufre bastante, especialmente en las ciudades donde hace más calor. Pero, honestamente, me siento mejor con los años. La experiencia te da otra perspectiva: entiendes mejor el fútbol, te cuidas más, prestas atención a cada detalle… Y con el tiempo, sinceramente, me he encontrado muchísimo mejor.

Estos años serán muchos los que le han preguntado cómo llegar al fútbol asiático...

La verdad que muchos. Ahora que acabas de hacerme la pregunta me doy cuenta de que sí, bastantes. Me han escrito otros años, pero sobre todo ahora, desde que terminé esta temporada, varios compañeros me han preguntado si tenía algún o por aquí, o alguna posibilidad de ayudarles a entrar en estas Ligas, en Asia en general. Y bueno, yo intento echar una mano en lo que pueda, intentar ayudarles. Si quieren vivir esta experiencia, estoy encantado de poder hacerlo y tratar de que se vengan para acá.

Pero hay quien cree que triunfar lejos de casa es fácil.

El fútbol no es fácil en ningún lado. Yo creo que eso es clave: el fútbol es muy difícil. Tienes que tener mentalidad, tienes que adaptarte. Al final estás muy lejos de casa, con personas nuevas, con otro idioma, otra cultura, otro clima, otro horario… No es solo jugar al fútbol, es todo lo que lo rodea. Y también hay que tener en cuenta el nivel. Todo el mundo piensa: ‘Ah, estás jugando en la Liga no sé cuál, eso es fácil, si yo voy ahí lo peto’. Pero ya te digo yo que no es fácil. Tienes que tener la cabeza muy fuerte. Tienes que pelearte con otros extranjeros para intentar jugar y competir porque las plazas son limitadas. No puedes jugar con 11 extranjeros como en Grecia o en otros países. Aquí hay ocho, el año pasado eran cuatro o cinco. Y desde fuera parece fácil… pero ya te digo que no lo es.

Tyronne del Pino, campeón y MVP en Indonesia: “Al Clásico íbamos en coches blindados”
28/07/14 PRETEMPORADA UD LAS PALMAS PARTIDO AMISTOSO TYRONNECARLOS DIAZ-RECIO

¿Qué me dice del fútbol canario? No ha sido un buen año ni para UD Las Palmas ni para Tenerife.

No, no lo ha sido. Yo desde Indonesia veía los partidos de Las Palmas y del Tenerife. Al final, sobre todo Las Palmas, es el equipo de mi tierra, donde he estado toda mi vida. Y ha sido un año que duele. Duele porque al principio parecía que se iba a hacer una buena campaña, que el equipo podía mantenerse. En las primeras jornadas de Liga lo vi bastante bien, pero luego hubo un bajón muy grande, y en Primera, cuando te metes en una situación complicada, es muy difícil salir. Es una pena, de verdad. Las Palmas tiene equipo, tiene afición, tiene historia como para mantenerse en Primera durante años. Pero, por una cosa o por otra, no se termina de dar ese paso para lograr estabilidad. Y es una pena porque, como te digo, Las Palmas tiene muchísimo talento, jugadores con muchísima calidad. Y la afición también, que siempre está con el equipo. Pero esta temporada no ha salido. Y el Tenerife es más de lo mismo. Es un equipo con historia, pero desde el principio no comenzó bien. Y la Segunda División en España te lo hace pagar. Es una categoría muy larga, muy dura, muy trabajada, con equipos que tienen mucho oficio. Espero que ahora se recuperen, que se hagan bien las cosas y vuelvan pronto al lugar en el que merecen estar.

¿Le echaría una mano al Tenerife en Primera RFEF?

Es complicado. Primero tendría que pasar que el Tenerife me la pidiera, que es algo que no va a pasar, pero creo que, obviamente, escucharía. ¿Cómo no vas a escuchar al Tenerife? Es un equipo con nombre, donde ya estuve y al que le tengo cariño. Pero en mi cabeza está lo que te dije antes: intentar acabar mi carrera en Asia, estirar el fútbol lo máximo posible aquí. Esa es, más o menos, la mentalidad que tengo hoy en día. Aunque bueno, el fútbol nunca se sabe. El fútbol da muchas vueltas, pero ahora mismo mi mentalidad es estar en Asia.

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¿Guarda buenos recuerdos de Tenerife, pero como aficionado apoya a la UD Las Palmas?

Sí, yo nací aquí, jugué toda mi vida aquí. Empecé desde abajo en Las Palmas hasta hacer mi debut profesional, tanto en Segunda como en Primera. Es el equipo que me ha visto crecer, que me ha visto hacerme futbolista, y obviamente es el que tengo en el corazón. Sin olvidar tampoco al Tenerife, claro. Al final es un equipo canario y, como canario que soy, vestir esa camiseta también ha sido muy especial para mí.

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