Butarque y una afición de Champions: “Ahora más que nunca, te quiero Leganés”
El Leganés se marchó a Segunda en un inusual ejercicio de apoyo de su afición, que no paró de animar a los suyos incluso consumada la tragedia. Ni un reproche o pitada.


El Leganés descendió este sábado a Segunda División dejando en el imaginario colectivo de los pepineros imágenes de grandezas casi imposibles de ver en otras situaciones similares. Ante el Valladolid, en el partido que condenaba a los suyos (en verdad la condena llegó con el 2-0 del Espanyol a Las Palmas), la afición dio una lección de señorío acompañada de la actitud de una plantilla que se dejó la vida hasta el último segundo por salvarse. No funcionó, y el equipo baja, pero por el camino, la parroquia dejó impronta de masa social con categoría Champions.
No hubo ni un pito. Ni una mala palabra. Más al contrario. Cánticos de apoyo a un bloque que ha hecho soñar a la hinchada con una salvación que habría sido épica por números. En los últimos 12 puntos en juego el Leganés ha sacado nueve con tres victorias, que son la mitad justas de las seis que llevaban hasta entonces en juego. No bastó. Pero semejante esfuerzo fue recompensado con un apoyo fiel que brotaba casi siempre del fondo norte, con la grada de animación a la cabeza, extendido como una metástasis de orgullo por todo Butarque.
A ella precisamente, a la virgen que da nombre al estadio como patrona de la ciudad, se encomendó el campo nada más iniciar el duelo con un modesto, pero a la vez muy sentido tifo que brotaba de ese fondo norte. “No encomendamos a ti”, rezaba un enorme cartel seguido una imagen en la que se podía ver a la virgen. Con la pelota en juego, el apoyo blanquiazul se sentía como en las grandes tardes y acabó correspondido con un 3-0 que zanjó la primera parte entre algún conato de esperanza.
Falsos goles
Apenas marcó el 1-0 Javi Hernández, alguien cantó un falso gol de Las Palmas que se extendió como la pólvora en todo el estadio. Las miradas se dirigieron rápidamente a la esquinita de tribuna donde ha situado esta temporada la propiedad a la prensa. Desde allí, los locutores de radio negaban la mayor. No había gol canario.
Todavía se necesitó una segunda revisión radiofónica en la segunda mitad cuando, ya con el 1-0 del Espanyol, alguien también jugó con el sentimiento blanquiazul y cantó otro falso tanto visitante en Barcelona. De nuevo la euforia fake. De nuevo el desmentido de la prensa.
“Ahora más que nunca, te quiero Leganés”
Fueron esos minutos finales otro ejercicio de resiliencia y muestra de apoyo de una afición que, más que nunca, le cantó al equipo tonadas clásicas de fidelidad. “Ahora más que nunca, te quiero Leganés” o el “No te abandoné, ni en Segunda B, allá donde estés, Forza Leganés”.
Y acabó el partido, pero no el de Cornellá, que se prolongó algo más. Los pepineros esperaron en el césped a ver si había un milagro imposible. Con el final del Espanyol – Las Palmas, comenzó lo inaudito. Vuelta de honor de la plantilla y volcado de fidelidad absoluta del público hacia el equipo, con cánticos a futbolistas e incluso la petición de continuidad a un Borja Jiménez al que le pidieron que se quedara pese a que el club, en boca de Andrés Pardo, nuevo director deportivo, ya le deslizó hace cosa de dos semanas que no seguiría porque se buscaba otra cosa.
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