Valencia | Jaume

“Con Corberán sé que mi Valencia se queda en buenas manos”

Jaume Doménech recibe a AS en su Almenara natal, donde nos habla de sus retos de futuro: “Tengo cuerda para rato”.

29/05/25 VALENCIA 
ENTREVISTA CON JAUME DOMENECH
David González | DiarioAS
Conrado Valle
Delegado en la Comunitat Valenciana de Diario AS, al que llegó en 2010 para seguir y contar la actualidad del Valencia CF, al que sigue como periodista desde 1998. Pero le leerás artículos de cualquier club valenciano y de múltiples disciplinas deportivas.
Actualizado a

Jaume Doménech (Almenara, 1990) se limpió las lágrimas por su adiós del Valencia en cuanto llegó a su casa la noche de su despedida de Mestalla. El cariño que el valencianismo le ha procesado durante los últimos diez años y el que le demostró en esa última tarde del capitán nunca lo olvidará, aunque al día siguiente ya se puso en manos de un preparador personal para estar “a tope” para su próximo destino. Como él mismo confiesa: “Tengo mucha hambre, ganas de competir y cuerda para rato”.

Jaume nos recibe en su domicilio de su Almenara natal. Jaume es 'gent del poble’ (gente del pueblo). Allí creció, allí conoció a su pareja y con Andrea ve crecer a sus mellizos. El garaje de su casa es su guarida. La guarida del Gato de Almenara. Su gimnasio ya lo quisieran muchos deportistas profesionales y pared con pared guarda sus tesoros. “Es mi museo personal, en lugar donde me encierro conmigo mismo y desconecto viendo películas o jugando con la Play”.

Allí tiene su colección de camisetas, entre ellas la de la final de Copa del Rey de Sevilla de 2019. También los guantes, la réplica del trofeo y un trocito de la red del Benito Villamarín. Pero su vitrina no está completa, tiene espacio para más, porque Jaume ha terminado su etapa de diez años en el primer equipo del Valencia, pero no su carrera profesional, que continuará “allá dónde crea que más me puedan necesitar”.

“Con Corberán sé que mi Valencia se queda en buenas manos”
Jaume, con la construcción que da nombre a su pueblo: Almenara.David González

El día después a su adiós en Mestalla, ¿en qué pensó?

En el futuro. Soy muy pasional, un soñador. Al día siguiente ya tenía un planning de trabajo, un preparador físico que viene a casa, donde tengo un gimnasio. Tengo ilusión, ambición de competir, de aportar diez años de experiencia en el Valencia en un nuevo proyecto; quiero empaparme de la cultura del nuevo club al que vaya... tengo mucha hambre y cuerda para rato.

¿No le causa respeto salir de su zona de confort?

Ya lo hice cuando me fui del Villarreal B a El Palo y me salió bien.

¿En qué momento del año tenía claro que optaría por asumir un nuevo reto?

Sentíamos tanto el club como yo que era el momento de separar nuestros caminos. Era importante acabar mi etapa en el Valencia con una buena edad y poder así ir a otro proyecto en perfectas condiciones y con la experiencia que lógicamente no tenía hace diez años. Al Valencia llegué siendo un niño y me voy hecho un hombre. Sé que algún día regresaré al Valencia, pero todavía soy portero.

Tengo mucha hambre, ganas de competir y cuerda para rato”.

Jaume

¿Solo valora ofertas en España o también fuera?

Voy a valorar todas las propuestas que nos lleguen y lo haré con calma. Iré donde yo crea que más me pueden necesitar; donde vaya iré a aportar, porque me siento preparado para sumar en cualquier proyecto. Tengo la experiencia y la responsabilidad que conlleva ser capitán durante 7 años del Valencia... ¡y qué siete años!

¿Pero qué tiene que aportar, solo liderazgo?

Solo no, el liderazgo es un plus. Pero he jugado la mejor competición del mundo, la Champions League; he ganado títulos... A nivel deportivo tengo mucho que aportar. Me veo con una muy buena edad, en muy buena condición física. Soy un competidor nato y mi forma de entender la competencia es la responsabilidad, de ahí que el liderazgo sea algo innato, porque no me supone un esfuerzo ni una carga... pero soy portero, mi trabajo es salvar goles.

“Con Corberán sé que mi Valencia se queda en buenas manos”
Objetos que guarda Jaume en su domicilio de Almenara. David González

¿Por qué se hizo portero?

Mi padre no quería que lo fuera. De pequeño me llevaba a los entrenamientos en Almenara y en cuanto yo veía que se iba le decía al entrenador: “Ponme de portero, porfa”. Un día hablaron con mi padre y le dijeron: “Oye, el chaval quiere ser portero y lo hace bien, déjale”. Y me dejó. ¿Sabes lo que más me llamaba de ser portero? La responsabilidad de ser el último hombre, la adrenalina que conlleva saber que puedes cambiar un resultado.

Diez años en el Valencia dan para mucho, aunque si hay dos imágenes icónicas de su trayectoria: subido en el larguero del Villamarín tras ganar la Copa y la del penalti de rodilla ante Messi...

La del larguero fue un homenaje a la historia del Valencia. Era el año del Centenario, era recordar al mítico Quique subido al larguero del Bernabéu... ¡qué mérito tuvo ganarle aquella final al Barça de Messi. El día más feliz de mi carrera... hasta ahora.

¿Lo del penalti de rodillas?

Era la época del COVID y yo me hice una pregunta: “Sin público, con el silencio de un entrenamiento, ¿de qué manera puedo meterle presión al mejor futbolista del mundo si nos pitan un penalti?” Y se me se ocurrió eso. Ni lo había ensañado. Después cambiaron la norma y un portero ya no puede ponerse de rodillas en un penalti.

Iré dónde crea que más me pueden necesitar"

Jaume

¿Por qué?

Nos llegó una carta del Comité de Árbitros. Me avisaban de que no podía volver a ponerme de rodillas. Decían que era una ventaja para el portero... no lo veo así. Al menos puedo decir que inventaron una norma por mi culpa (ríe).

¿Con qué partido se queda de su etapa en el Valencia?

¿Puedo decir más de uno? El primero mi debut en Gijón; el segundo el día que ganamos al Getafe en la Copa, cuando remontamos, ese día cuando salimos al balcón de Mestalla y toda la afición coreó mi nombre... aún se me pone la piel de gallina. Obviamente la final de Copa. Recuerdo cada instante de ese día, desde que me desperté hasta que me acosté. Y la despedida del último partido en Mestalla la llevaré por siempre en la memoria. Quiero agradecerle todo el cariño que sentí a la gente del club y a la afición de Mestalla.

¿Qué entrenador le ha marcado más hasta la fecha en su carrera?

Nico Estévez fue clave. Él me trajo al Valencia Mestalla y ahí inició mi historia. Es un gran entrenador. Luis Vicente de Miguel fue mi entrenador de porteros. Esa temporada me potenció mucho. Me hizo crecer en varios aspectos determinantes para mí. Luego Nuno me hizo debutar y me hizo ficha con el primer equipo. Ahí conocí a Ochotorena, el más determinante de todos. Un padre para mí. El número 1. Y luego... pues Marcelino, porque con él viví mis momentos más destacados como portero. Y quiero destacar a Rubén Baraja y Carlos Corberán, que llegaron en un momento muy difícil los dos y salvaron de una situación muy crítica. La charla de Corberán el primer día que llegó la recordaré como una enseñanza de vida.

¿Qué les dijo?

Nos reunió en el vestuario y gritó: “No voy a descansar ni un segundo hasta salvar al Valencia Club de Fútbol”. Él y su cuerpo técnico han vivido en la Ciudad Deportiva muchos días. Y lo que digo es literal. Lo que más me reconforta de mi adiós del Valencia es saber que se queda en muy buenas manos.

Ochotorena es el número 1, un padre para mí"

Jaume

Este último año lo ha pasado mal.

Mal no, muy mal. La palabra descenso aún me da vértigo. El éxito es más efímero. Gente como Gayà, como yo... menos mal que somos fuertes y mantuvimos cohesionado al grupo. Vi a muchos compañeros llorar de frustración, porque se vaciaban en los partidos, pero los resultados no llegaban, había un bloque general, quizás un exceso de responsabilidad. Era una situación muy jodida y yo les daba todas las herramientas que podía darles. Mi confianza en ellos era máxima. Yo les día uno a uno: oye, tú, que no eres este, que tú eres este otro y vas a volver a serlo. Nos hemos vaciado dentro del vestuario...

Le escucho y tengo la sensación que usted dentro del vestuario era uno y aquí en su casa, en soledad, era otro.

Aquí dentro lo he pasado muy mal. En noviembre y diciembre la cosa pintaba muy mal... Pero en el vestuario no me podía mostrar débil. Pero yo venía a casa, me encerraba en el cuartito personal que tengo justo al lado del gimnasio en el garaje y lo veía todo muy jodido... Mi mujer es valencianista, mis mejores amigos lo son... Yo me encerraba aquí y gritaba: “Es que no podemos bajar, no podemos bajar... que somos el Valencia, leche”. Yo no podía cerrar mi etapa en el club de mis amores con un descenso. Por suerte (Carlos) Corberán cumplió lo que nos dijo.

“Con Corberán sé que mi Valencia se queda en buenas manos”
Jaume, con AS en Almenara. David González
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