El campo del futuro ahorra 184 años de duchas diarias
Sin agua, más duradero, sin perjudicar la fricción de la bola, Holanda prueba ya la nueva realidad del hockey hierba, y España recoge el guante. Y será homologable para el fútbol.


Desde septiembre de 2023, cuando comenzó a implantar su proyecto, se han ahorrado 11 millones de litros de agua. O lo que es lo mismo, unos 6,3 millones anuales, el equivalente a lo que se gastaría una persona en 184 años de duchas diarias, 480 años tirando de la cadena del inodoro tres veces al día o 114 años de ciclos de lavado si se pusiera una lavadora cada día. Y eso, en cada campo de hockey hierba. Imaginen que fueran decenas, centenares. Y que pudiesen también emplearse para el fútbol.
Esa es la premisa que manejan tanto la federación internacional de hockey, FIH, como la FIFA, que recientemente consensuaron una guía conjunta para terrenos de juego en que se puedan practicar ambos deportes. Y, en consecuencia, la idea en la que trabajan los encargados de fabricar campos. Como el exjugador de hockey holandés Matthijs Verhoef, responsable de instalaciones de hockey en la empresa CSC Sport, quien con ocasión de la celebración del exitoso Hockey Summit, en Valencia y promovido por la Real Federación Española de Hockey (RFEH), mostró el futuro que viene. Y, a su lado, Ricardo Lezcano, responsable de Obras y Pavimentos Especiales en la instaladora OPSA.
Avanzarse a la obligatoreidad
Hasta 15 campos en Holanda han pasado de requerir agua a secos, el denominado ‘dry hockey’, desde septiembre de 2023. Y el cálculo que es que se llegará a entre 20 y 25 tras el verano. Es el modelo instaurado por Verhoef, quien no sabe a ciencia cierta cuándo esta nueva superficie será obligatoria, si bien recuerda que “en 2018, la FIH se planteó jugar en seco los Juegos de París, y en 2023 se marcó los de Los Ángeles 2028, que aún serán en mojado”. De modo que las cosas de palacio… Aun así, y con ese ánimo se tomó nota en el hockey español, la intención es avanzarse. Ahorrar agua, porque la sostenibilidad es una necesidad, por mucho que las reglas no obliguen aún a hacerlo.

Mostró Lezcano muy gráficamente, y de forma palpable, la diferencia entre las fibras cortadas tradicionales y las que funcionarán en seco, fibras en bucle que permitirán reducir la fricción para compensar el deslizamiento del agua que faltará. A menor superficie de o, mayor rapidez con la bola. O del balón de fútbol, si es menester.
En la práctica, desgranó Verhoef las pruebas biomecánicas a que se han sometido jugadores en Holanda para conocer sus impresiones sobre la nueva superficie. Creen mayoritariamente que la velocidad de la bola es similar, que las sensaciones iniciales cambian, pero que se adaptan en muy pocos entrenamientos, que empeora la abrasión de la piel en caso de caídas y que hay que seleccionar muy bien el calzado porque el agarre es muy alto en condiciones de mucho calor. Y muy importante: no se han reportado más lesiones que en el césped actual.
El reto de las altas temperaturas
Esto último, las temperaturas, fue el objeto más encendido de debate en el Hockey Summit, dado que obviamente en España son mucho más altas generalmente que en Holanda, donde han puesto a prueba estos campos secos. No obstante, “allí también se han jugado partidos a 35 o 40 grados, y ningún jugador ha percibido un recalentamiento de la superficie”, apuntó Verhoef, quien sí indicó que ese binomio calor-falta de agua será “uno de los retos del futuro”. Y señaló Lezcano que “como aún no es obligatorio, se pueden perfectamente emplear los nuevos campos de ‘dry’ hockey con agua, que la resisten, en casos de temperaturas extremas”.

Los ponentes destacaron finalmente la conveniencia no solo de la sostenibilidad medioambiental de los campos de hockey seco, que a no mucho tardar serán imprescindibles, sino también económica. “El coste es más elevado, sale a razón de un euro más por metro cuadrado”, deslizó Lezcano, “pero como el rozamiento es menor y también la retención de suciedad porque está menos tiempo mojado, la durabilidad es mucho mayor”.
“Desde que empezamos a instalarlos, el coste de mantenimiento se ha reducido a la mitad”, concluyó Verhoef, en un Hockey Summit que celebró su primera edición este pasado fin de semana en Valencia, en paralelo a los compromisos de la Pro League entre la Selección española y Argentina, y que tiene vocación anual. Larga vida al congreso. Y al deporte sostenible.
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