Una estadounidense se va de bares por Madrid y se sorprende con lo que le sirve el camarero: “Nos miró como...., ¿por qué?”
Una creadora de contenido norteamericana ha alucinado con cómo le sirvió el camarero un gintonic; el misterio incrementó en la segunda ronda.


Todos los caminos llevan a Roma, pero todas las terrazas miran hacia España. Tanto las de vivienda como las de los bares, así como los miradores y las colinas desde donde se estudia el horizonte acompañado de una bebida espirituosa. Es este uno de los conceptos que mejor definen el estilo de vida español, cargado de variopintos sucesos que suceden en torno a una mesa desgastada y una alfombrilla de mus quemada por las esquinas.
Esto fascina a Danielle Grobman, una creadora de contenido norteamericana que reside en España y que comparte con sus más de 31.000 seguidores, la mayoría compatriotas, todo lo que le sucede en la península Ibérica. En un reciente vídeo hace mención, precisamente, a lo que le ha ocurrido cuando se sentó en una terraza. "Solo en caso de que necesites una razón para sonreír hoy, necesito que aprecies lo que me acaba de ocurrir en Madrid“, inicia su singular relato.
@daniellegrobman Only in Spain this happens To be clear, the waiter didn’t see a problem with just gin. I love it here When we told the waiter “hey we need the tonic” he looked at us like ‘why’ 🤨 … Viva España #drink #madrid #spain #culture #american #abroad #terrace #gin #ginandtonic #happyday #afternoon #vibes #drinkingculture #drinkoftheday
♬ original sound - daniellegrobman
Comienza a esbozar la historia con ínfulas de cuento idílico. “Es un bonito día, como suele ser normal. El sol brilla, el cielo está azul y lo que significa esto es que la gente está en las terrazas bebiendo cervezas, socializando y disfrutando de la vida”, describe, añadiendo que, en realidad, este “es el estilo de vida normal en Madrid”.
El caso es que se sentó a tomar algo. “Estoy con un amigo hablando y pedimos. Yo pedí un Aperol Spritz y él un gintonic. Y lo que salió de la cocina fue un Aperol Spritz y un vaso grande con ginebra sola y sin tónica”, explicó. Hizo énfasis en que era “solo un vaso de gigante lleno de ginebra”, y que no sabe qué es lo que le sorprendió más de la situación, “si el vaso o que tomamos dos rondas”.
La incógnita de la segunda ronda
De una forma u otra, no debió ver fallo alguno el hostelero porque volvió a suceder en la segunda tanda. “Me encantó cuando le dijimos al camarero ‘oye, necesitamos la tónica’, y nos miró como ‘por qué’”, relata, confesando que “es vergonzoso”, pero que aprecia que solo esto ocurra aquí: “Me encanta. Viva España”.
En la caja de comentarios apuntan que, probablemente, se le olvidó al camarero. Los norteamericanos, sorprendidos y aunados en el mensaje de una usuaria, apuntaron a otro detalle: “¿Tu acompañante tomó dos vasos llenos de ginebra? ¿Y podía andar recto después de eso?“.
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